a qué mundo te traje?
Hoy fuimos a tomar el té a Casa Mua, que tiene lugar para que jueguen los chicos. El lugar es muy lindo, un poquito caro quizás, pero es rico... Habíamos ido casualmente hace unos días, y a Fati le había encantado. A Fer también. Los chicos entran en un salón vidriado a jugar, con un muchacho que los entretiene con muy buena onda, y uno está en la mesita ahí nomás, por cualquier cosa.
Hoy estaba distinto que el otro día, el salón estaba más revoltado. Había chicos más grandes, jugando un poco a lo bruto... Fati estaba un poco con papitis y no se quería meter solita, así que la acompañé un ratito hasta que entre en confianza.
En el rato que estuve en el salón, pude ver todo tipo de chicos: los educados, los maleducados, los respetuosos, los que comparten... los egoistas... y en cada uno de los chicos podía ver reflejados a sus padres. Los que ponen límites, los que no, nos que se preocupan por lo que hacen sus hijos, los que no, etc. No es mi intención ponerme en juez de nadie, suficientes defectos tengo yo como padre... pero a veces uno ve cosas en los otros que lo hacen pensar: Definitivamente no quiero ser así, ni que mi hijo sea así.
Esto me hizo pensar en muchas cosas. Para empezar, me hizo refrescar esto que leí hace poquito de uno de mis blogs preferidos (una familia española que tiene 10 hijos): http://luisroa.blogspot.com/2010/02/ocio-y-peligro.html . De ahí salté a este post sobre la educación que tienen que dar los padres contemporáneos, sobre la coherencia para educar, y cómo en la sociedad contemporánea tenemos miedo a poner límites a los chicos: http://pilarmtvidal.blogspot.com/2010/02/coherencia-para-educar.html.
Por último, al ver a mi nena tan chiquita en medio de terrible bolonqui, sentí esa imagen como una analogía a la vida entera. Tu hijo, tu retoño, tu tesoro, lo más valioso que tenés... lo traés a un mundo en el que va a estar rodeado de millones de desafíos, peligros, cosas distintas, amenazas... y a medida que crezca, la mayoría de las veces no voy a poder estar allí para ir a socorrerla.
De ahí la importancia de la familia y el hogar. Entendí que nuestra función de padres no es como la de un maestro, que dedica unas horas/días/años.... nuestra función de padres es la de formar un hogar, que sea su Domus, su entorno, su referencia. Su punto fijo en el universo. Su faro, y el lugar donde se sienta segura, y donde siempre pueda volver y sepa que va a estar su familia.
No me estoy poniendo paranoico. Es sólo que el mundo ahí afuera está dificil, y ya se parece poco al mundo en el que nosotros tuvimos que crecer. Está lleno de desafíos...
Qué bueno poder contar con la ayuda de Dios, y poder siempre encomendarla a la Virgen, para que nos tenga siempre en el regazo de su manto azul.
Hoy estaba distinto que el otro día, el salón estaba más revoltado. Había chicos más grandes, jugando un poco a lo bruto... Fati estaba un poco con papitis y no se quería meter solita, así que la acompañé un ratito hasta que entre en confianza.
En el rato que estuve en el salón, pude ver todo tipo de chicos: los educados, los maleducados, los respetuosos, los que comparten... los egoistas... y en cada uno de los chicos podía ver reflejados a sus padres. Los que ponen límites, los que no, nos que se preocupan por lo que hacen sus hijos, los que no, etc. No es mi intención ponerme en juez de nadie, suficientes defectos tengo yo como padre... pero a veces uno ve cosas en los otros que lo hacen pensar: Definitivamente no quiero ser así, ni que mi hijo sea así.
Esto me hizo pensar en muchas cosas. Para empezar, me hizo refrescar esto que leí hace poquito de uno de mis blogs preferidos (una familia española que tiene 10 hijos): http://luisroa.blogspot.com/2010/02/ocio-y-peligro.html . De ahí salté a este post sobre la educación que tienen que dar los padres contemporáneos, sobre la coherencia para educar, y cómo en la sociedad contemporánea tenemos miedo a poner límites a los chicos: http://pilarmtvidal.blogspot.com/2010/02/coherencia-para-educar.html.
Por último, al ver a mi nena tan chiquita en medio de terrible bolonqui, sentí esa imagen como una analogía a la vida entera. Tu hijo, tu retoño, tu tesoro, lo más valioso que tenés... lo traés a un mundo en el que va a estar rodeado de millones de desafíos, peligros, cosas distintas, amenazas... y a medida que crezca, la mayoría de las veces no voy a poder estar allí para ir a socorrerla.
De ahí la importancia de la familia y el hogar. Entendí que nuestra función de padres no es como la de un maestro, que dedica unas horas/días/años.... nuestra función de padres es la de formar un hogar, que sea su Domus, su entorno, su referencia. Su punto fijo en el universo. Su faro, y el lugar donde se sienta segura, y donde siempre pueda volver y sepa que va a estar su familia.
No me estoy poniendo paranoico. Es sólo que el mundo ahí afuera está dificil, y ya se parece poco al mundo en el que nosotros tuvimos que crecer. Está lleno de desafíos...
Qué bueno poder contar con la ayuda de Dios, y poder siempre encomendarla a la Virgen, para que nos tenga siempre en el regazo de su manto azul.
Comentarios
Te amo
Todo un desafio y nosotros aprendiendo sobre la marcha no?
Toda una aventura esto de ser padre.
Igualmente a pesar de ntras preocupaciones creo q todo el amor y empeño q ponemos en ntras hijas se hace ver dia a dia en su alegria y esto c los años va a dar su fruto... mujeres formidables!!
Bsos